Al estudiar el evangelio de Marcos, uno no puede perderse lo lleno de acción y rápido que es. Esto se ve en la recurrencia de la palabra "inmediatamente". En el espacio de 40 versículos, se presenta a Juan el precursor; Cristo ha llegado, ha sido bautizado, fue tentado en el desierto y comenzó su ministerio, predicando, curando, expulsando demonios y eligiendo a los primeros discípulos. En medio de esta actividad, tuve la tentación de pasar por alto el versículo 35: "... partió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba". En un momento en que su fama se estaba extendiendo y estaba experimentando el éxito en lo que se estaba convirtiendo en un ministerio ocupado y exigente, Jesús oró. Eso me impresionó. Me impactó porque cuando estoy ocupado, descuido la oración. En mi opinión, dedicar tiempo de calidad a la oración cuando tengo poco tiempo no es la mejor manera de emplearlo. Tal razonamiento es peligroso y perjudicial para mi crecimiento espiritual y mi ministerio...
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. (Sal 119:130) Temas biblicos y teologia reformada