Decir que algunos sermones llegan al púlpito a medio cocer sería injusto con el pan. Algunos sermones son apenas masa; otros, poco más que una colección de ingredientes secos. El sermón, como sermón, apenas ha empezado, es poco apetitoso, no es especialmente nutritivo, carece del sabor y la textura tentadores de un pan recién horneado. ¿Cuál es el problema? Tal vez el predicador sea un seminarista recién graduado que ensaya sus conferencias sobre un determinado libro de la Biblia. Tal vez le ha faltado enseñanza o ha tenido una enseñanza y un ejemplo deficientes. Tal vez el predicador no ha reflexionado sobre lo que es la predicación y lo que implica. Como resultado, no está predicando realmente, aunque esté sinceramente convencido de que lo está haciendo. Puede que esté dando una conferencia en lugar de un sermón, aunque su tono sea más cálido que frío. Puede ofrecer una "sistemática caliente": un tratamiento preciso de un tema teológico expuesto con profunda convicción. Pue...
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. (Sal 119:130) Temas biblicos y teologia reformada