Por Thomas Watson Crisóstomo compara la Escritura con un jardín establecido con adornos y flores. Un hombre de Dios se deleita en caminar en este jardín y dulcemente consolarse a sí mismo. Él ama a todas las ramas y partes de la Palabra: 1. Le encanta la parte de la consejería de la Palabra, ya que es un directorio y regla de vida. La Palabra es el señal de dirección que nos señala nuestro deber. Contiene en ella cosas que hay que creer y practicar. Un hombre de Dios ama las instrucciones de la palabra. 2. Le encanta la parte amenazante de la Palabra. La Escritura es como el Jardín del Edén: ya que tiene un árbol de la vida en el mismo, así tiene una espada de fuego en sus puertas. Esta es la amenaza de la Palabra. Parpadea el fuego en el rostro de cada persona que pasa con obstinación en la maldad. "Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que aún camina en sus pecados." (Salmo 68:21). La Palabra no da ninguna indulgencia para el mal. No ...
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. (Sal 119:130) Temas biblicos y teologia reformada