Era el 15 de abril de 1912, cuando el HMS Titanic se hundió bajo las aguas heladas del Atlántico Norte, llevándose consigo 1.517 vidas. El barco más grande y lujoso en el momento se había ido, recordando al mundo de nuestra fragilidad como seres humanos. Pero hay más en el hundimiento del Titanic que una tragedia histórica. Hay una historia de heroísmo, valentía e inquebrantable fe. John Harper estaba a bordo del Titanic cuando zarpó de Southampton, Inglaterra, en su viaje inaugural. Un evangelista originario de Glasgow, Escocia, que era bien conocido en todo el Reino Unido como un orador carismático, apasionado, que llevó a muchos a Cristo a través de su don de la predicación. En 1912, el reverendo Harper recibió una invitación para hablar en la Iglesia Moody en Chicago, EE.UU. El 11 de abril de 1912, John Harper abordó el Titanic. Algunas de las personas más ricas del mundo se encontraban a bordo. Mientras que muchos pasajeros hablaban de negocios, adquisiciones y deseos mate...
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. (Sal 119:130) Temas biblicos y teologia reformada