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Mostrando las entradas etiquetadas como antinomianismo

Lutero acerca del antinomianismo

  Amigos míos, los antinomianos predican muy bien -y no puedo dejar de creer que lo hacen con gran empeño- sobre la misericordia de Cristo, el perdón de los pecados y otros contenidos del artículo de la redención.  Pero huyen de esta deducción como del diablo, de que deben hablar al pueblo del tercer artículo, de la santificación, es decir, de la nueva vida en Cristo.  Pues sostienen que no debemos aterrorizar a la gente ni hacerla sufrir, sino que debemos predicarles siempre el consuelo de la gracia en Cristo y el perdón de los pecados. Nos dicen que debemos evitar, por amor a Dios, afirmaciones como éstas:  Escucha, ¿quieres ser cristiano mientras eres adúltero, fornicador, glotón, arrogante. avaro, prácticas usureras, envidia, venganza, malicia, etc., y pretendes seguir en estos pecados?' Por el contrario, nos dicen que esta es la forma adecuada de hablar: 'Escucha, eres adúltero, fornicador, avaro o adicto a algún otro pecado. Ahora, si sólo crees, serás salvo y no necesita

Una vida de Obediencia por Gracia

No hagas un salvador de tu moralidad. No puede librarte. Arrepiéntete de confiar en tu propia justicia y por el contrario cree solamente en Cristo.  Recuerda, la gracia no se gana al cumplir una condición, o ya no sería la gracia. No es una recompensa ni para la fe ni para la obediencia, sino para la causa de ellas (Efe 2: 8-10). La obediencia, más bien, brota de un corazón renovado que ama a Dios (1Juan 3:9, 5: 2-4). Al ser salvados solo por gracia, en realidad algunos falsamente argumentan que los cristianos no necesitan obedecer. Es como si ellos creyeran que la intercesión continua de Jesús para nosotros fuese ineficaz y su gracia sólo nos librara de la culpa del pecado, pero no de su poder ... eso mientras ellos creen correctamente en la imputación de la justicia de Cristo, pero ignoran erróneamente la impartición de Su Espíritu Santo para nosotros. Pero la Biblia enseña que los que están en Cristo han sido liberados del cautiverio del pecado. La trayectoria de nuestra