Saludo Ignacio, que también se llama Teóforo, a la Iglesia que está en Éfeso, en Asia, merecidamente muy feliz, siendo bendecida en la grandeza y plenitud de Dios Padre, y predestinada antes de las edades de los tiempos, para que sea siempre para una gloria perdurable e inmutable, estando unida y elegida a través de la verdadera pasión por la voluntad del Padre, y de Jesucristo, nuestro Dios: La felicidad abundante por medio de Jesucristo, y su gracia inmaculada. Capítulo 1. Elogio de los efesios He conocido vuestro nombre, muy amado en Dios, que habéis adquirido por el hábito de la justicia, según la fe y el amor en Jesucristo nuestro Salvador. Siendo seguidores de Dios, y avivados por la sangre de Dios, habéis cumplido perfectamente la obra que os correspondía. En efecto, al oír que vine atado desde Siria por el nombre común y la esperanza, confiando por vuestras oraciones en que se me permitiera combatir con las fieras en Roma, para que así, por medio del martirio, me convirti...
La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos. (Sal 119:130) Temas biblicos y teologia reformada