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Mostrando las entradas etiquetadas como disciplina

Salmo 32: Una lección aprendida de disciplina y perdón de Dios

Disciplina y Amonestacion

Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. —Efesios 6:4 SI  hemos de cumplir el mandato del Apóstol... tenemos que hacer una pausa y considerar lo que debemos hacer. Cuando llega un hijo, tenemos que decirnos: “Somos guardianes y custodios de esta alma”. ¡Qué  responsabilidad tan tremenda! En el mundo de los negocios y el profesional, los hombres son muy  conscientes de la gran responsabilidad que tienen con respecto a las decisiones que deben tomar. Pero, ¿son  conscientes de la responsabilidad infinitamente mayor que tienen con respecto a sus propios hijos? ¿Les dedican la  misma o más reflexión, atención y tiempo? ¿Sienten el peso de la responsabilidad tanto como lo sienten en estas otras áreas? El Apóstol nos urge a considerar esto como la ocupación más grande de la vida, el asunto más grande  que jamás tendremos que encarar y realizar. El Apóstol no se limita a: “Cria...

La Bendición de la Disciplina de Dios

Los padres ven los beneficios de la disciplina con mayor facilidad que sus hijos. Cuando yo era un niño, yo nunca compré la idea de que estaba siendo castigado porque mis padres me amaban. Yo no lo veía de esa manera. Actuando como mi propio abogado defensor, ensayé en mi mente la gravedad de mi castigo; Consideré la precipitación del veredicto, la desproporción entre el crimen y el castigo. Ordeñé mi auto-compasión y lloré en mi almohada. Injusto! Sólo cuando me hice mayor vi la disciplina a través de una lente más clara. Por supuesto, ahora me alegro de la disciplina amorosa de mis padres. Pero ¿qué pasa con la disciplina de Dios? ¿Estamos agradecidos por ello? ¿Vemos su amor en ella? Como creyentes, nosotros luchamos para aplicar esta lección de la niñez en nuestro caminar de fe. A menudo vemos la disciplina de Dios desde una perspectiva infantil. Sufrimos- provocando que nos preguntemos, ¿por qué? Cuando las cosas malas le suceden a la gente de Dios, nos rompe la...