Cabalización de la Biblia: buscando significados ocultos en la Escritura.
por Richard Mayhue
El deseo de encontrar significados ocultos en las Escrituras, los cuales solo puedan ser comprendidos por aquellos que conocen el "código secreto", esta resurgiendo rápidamente en el movimiento evangélico.
La cabalización tiene que ver con códigos numéricos supuestamente disimulados en las palabras de la Biblia, o con significados verbales ocultos, extraídos de sus vocablos y frases, que no deben entenderse en el sentido literario y formal
Probablemente la manifestación mas corriente de cabalización tiene lugar en privado o en los estudios bíblicos caseros, y se introduce normalmente con la expresión : "Para mi este versículo significa..."Todos sabemos como es: un determinado pasaje evoca algo en nuestro pensamiento o nuestra experiencia y llegamos a creer que Dios lo ha escondido en el texto, aunque lo que significa para nosotros contradiga el sentido normal que ha tenido dicho pasaje desde los apóstoles.
Algunos llegan incluso a decir: "Creo que soy la primera persona que lo ha comprendido". Si piensa o escucha usted algo parecido, este alerta contra la cabalizacion.
Otra consecuencia de este error es lo que se conoce como el "rhema" de Dios. Algunas personas de convicciones carismáticas han dado mucha importancia a la diferencia entre los dos términos griegos que significan "palabra": logos y rhema.
Según ellos, rhema es por lo general una palabra procedente de Dios que les proporciona una comprensión del pasaje (logos), o un cierto modo de aplicarlo, que nadie obtendría por ningún método normal de interpretación.
Sin embargo, en las Escrituras no existe base alguna para esta clase de experiencia. Y son varias las razones:
- Rhema y Logos se utilizan de manera intercambiable en la traducción griega del Antiguo Testamento (Ex 34:27; 1 Reyes 12:24) para hablar de la misma palabra.
- También se emplean de modo indistinto en el Nuevo Testamento (Lucas 20:20 con 20:26; Hechos 2:14 con 2:22; Hechos 10:36 con 10:37; 1 Pedro 1:23 con 1:25).
Permítame concluir esta sección con un ejemplo mas el cual adopta una forma algo distinta. En los debates acerca de cuestiones bíblicas, yo siempre trato de establecer primeramente la autoridad absoluta de las Escrituras como Palabra plena de Dios. Y en cierta ocasión, un hombre me respondió diciendo que en su tradición no creían que la Biblia contuviera las "palabras de Dios", sino mas bien comunicaba "la palabra de Dios".
Lo que en realidad estaba diciendo era:"La Biblia procede en parte de Dios y en parte de hombres. Una porción de la misma es autorizada y otra mera opinión humana. Debemos aceptar su mensaje dominante, peor no es necesario creer todo lo que ella contiene."
Este hombre y otros como el (dentro de la tradición neo-ortodoxa) creen poseer la capacidad de separar el trigo de la paja. Hay supuestamente cierto sentido místico que señala cual es la verdad y desecha el error.
El doctor Martyn Lloyd Jones, en su excelente libro titulado Authority (Autoridad), hace una serie de preguntas pertinentes:
¿Quien decide lo que es verdad o tiene valor? ¿Como puede uno diferenciar entre los grandes hechos ciertos y los falsos? ¿De que manera es posible distinguir entre hechos y enseñanza? ¿Como se separa dicho mensaje esencial de la Biblia del ambiente en el cual se presenta?
A estos les es posible responder: "Por el Espíritu de Dios". Pero nosotros replicamos; "¿Y como sabe usted que se trata del Espíritu de Dios y no del suyo propio o de algún otro espíritu?" Lo disparatado de este planteamiento se hace obvio cuando dos de ellos llegan a conclusiones distintas en relación con si una determinada porción de las Escrituras procede de Dios o del hombre, apelando ambos al Espíritu Santo como fuente de autoridad.
Sea precavido, porque esta es una de las formas sutiles de sujetar las Escrituras ala voluntad humana en vez de , como debiera ser, que la mente y el deseo del hombre se sometan a la autoridad de la Biblia.
La Biblia es un libro que viene de Dios y comunica la verdad con palabras, frases y párrafos. Dios utiliza el lenguaje en su sentido normal, incluyendo las figuras retoricas.
Cada pasaje tiene una interpretación o un sentido principales que Dios le ha dado. Nuestro trabajo consiste, primeramente, en descubrir la interpretación adecuada, y luego podemos proponer todas las aplicaciones correctas que queramos.
Haciendo esto, dividirá usted adecuadamente y con precisión la Palabra de Dios.
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